sábado, 23 de enero de 2010

ENCUENTRO DE PASTORAL OBRERA

El sábado 23 de enero se ha celebrado el Encuentro Diocesano de Pastoral Obrera en los locales parroquiales de Nª Sra. de La Victoria de Valladolid para profundizar en el dinamismo evangelizador necesario para llevar buenas noticias a las personas afectadas por la crisis económica, social y moral actual.
Fernando Díaz, Director del Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española presentó las claves para una respuesta evangelizadora ante el conflicto social en que vivimos, conflicto que genera deshumanización y empobrecidos, y que tiene como una de sus manifestaciones en este momento esta crisis. El reto es ser persona al estilo de Jesucristo, aprendiendo los creyentes a vivir en cristiano y ofreciendo esta propuesta de vida a otros, una propuesta que es de felicidad.
Es necesario construir un dinamismo evangelizador caracterizado por:
  • Situarnos en los problemas concretos del mundo obrero.
  • Cercanía a las personas que sufren estos problemas, buscar su protagonismo y acompañar en la lucha por una vida digna.
  • Construir comunidad eclesial.
Para que este dinamismo pueda ser posible es imprenscindible la confianza en Dios como clave de nuestra esperanza y nuestra vinculación a Jesucristo.
La Delegación de Pastoral Obrera de Burgos mostró un mecanismo concreto para la realización de este dinamismo evangelizador: los equipos parroquiales de Pastoral Obrera. Estos equipos quieren servir de encuentro entre la parroquia y los problemas obreros. Para ello busca la encarnación de la parroquia en la realidad obrera en la que está inserta, la toma de conciencia de esos problemas y la implicación con quienes les padecen en la búsqueda de soluciones. En este proceso se da la denuncia profética, el testimonio de lo que significa vivir según Jesucristo y el anuncio de su evangelio.
En el diálogo se hicieron patentes las dificultades para generar este dinamismo evangelizador pero también la posibilidad de ponerlo en marcha desde acciones pequeñas y sencillas.
La oración, tanto al empezar como al terminar, ayudó a renovar el compromiso como apostoles de la Iglesia en el mundo obrero.